jueves, 4 de noviembre de 2010

La triste y dura realidad.


Olvidaste que no dormías sólo, que cada mañana entraba un pequeño rayo de luz por tu ventana, que las sabanas se pegaban tanto a tu piel como lo solía hacer su cuerpo. Tu mente apagada, borrada, el tiempo, las luces, las pantallas opacas. Oscuridad. ¿Recuerdas de qué color tenía los ojos? Alguien te enseñó algo que ahora no puedes recordar y rebuscas en tus sueños, donde la ves de espaldas cuando corre, no tiene cara, casi ni cuerpo, pero sabes que aun la quieres y eso es lo único que no has olvidado. Lo que sí has olvidado es que la quisiste borrar de tu mente porque ella un día te borró de la suya. Y se dio cuenta de que la vida no era eso, la vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volver a levantarse y cada vez que te levantes, hacerlo con más fuerzas ; la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, y abrazarle a quien te abrace y a quien no te abrace pues no te abrazas y punto. Así son las cosas aquí. 

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